Por Democracia en Red
¿Qué podemos hacer ante este escenario desalentador? Arrancamos por entender el contexto.
Por crisis climática entendemos a ese conjunto de consecuencias negativas generadas por el aumento desproporcionado de la temperatura media global de nuestro planeta. El aumento de 1.2 C (que parece muy poco, pero no lo es) genera consecuencias en todo el planeta.
Veamos algunos ejemplos:
Esta crisis tiene un denominador común: tiene un origen antrópico, es decir, originado por la raza humana. Más específicamente, las sociedades modernas, su forma de producción y consumo.
Solo durante el siglo XX el aumento de la temperatura media global fue mayor al de los últimos 1000 años. Si bien el Acuerdo de París estableció que el 1.5 C es un punto de no retorno, expertos en todo el mundo aseveran que se va a superar.
El punto de no retorno es inminente. Sin embargo, los líderes mundiales (especialmente en los países de ingresos más elevados, como Estados Unidos, Europa y China, que producen el 60% de las emisiones totales del mundo) no están cumpliendo su obligación de frenar el cambio climático.
Vivimos en una sociedad descreída de la política que cada vez confía menos en sus gobernantes y se aleja poco a poco del ejercicio ciudadano. Según el último informe del Latinobarómetro, sólo el 48% de América Latina apoya la democracia en la región, lo que significa una disminución de 15 puntos porcentuales desde el 2010.
De las últimas 20 elecciones en América Latina, en 19, los partidos del oficialismo perdieron. En todos los países estamos buscando alternativas (electorales o no) que solucionen nuestros problemas. Pero, ¿está funcionando?
Si nos centramos en Argentina, encuestas y estudios de sociedad y cultura muestran cómo la imagen de la política profesional cae en picada. De hecho, un estudio reciente muestra que la dirigencia política argentina genera “sentimientos negativos” en el 75,1% de los casos.
El sistema democrativo sigue funcionando igual hace dos siglos: se reserva el conocimiento para una "casta de especialistas" que discuten su agenda, toman decisiones por mayorías circunstanciales y rinden cuentas sólo cada 2 años.
Desde Democracia en Red, creemos que debemos poder expresarnos más, votar más, presentar más propuestas y colaborar más en la construcción de políticas públicas. En resumen, el saber del representante sigue siendo necesario pero su representación debe ser permeable a una colectiva.
Para salvar la democracia, tenemos que poder comprobar que sus instituciones nos tienen en cuenta (y no solo cuando buscan nuestro voto cada 2 años).
Las Asambleas Climáticas son mecanismos de democracia deliberativa, de discusión y reflexión, impulsados para que la ciudadanía de una localidad asuma un rol central en la toma de decisiones sobre el cambio climático.
Veamos el paso a paso de cómo se desarrolla una Asamblea Climática:
El objetivo de este mecanismo es, sin más, fortalecer los procesos de democratización y descentralización de toma de decisiones públicas frente a la crisis climática en América Latina.
Las Asambleas Climáticas demostraron ser un mecanismo efectivo para enfrentar las crisis climática y combatir el descreimiento de la clase política en varios países del mundo, como Francia, Escocia y España.
Y, actualmente se están llevando a cabo en cuatro países de América Latina dentro del marco del proyecto (Re)surgentes:
En Argentina, desde Democracia en Red con el apoyo de la Municipalidad de General Pueyrredon, llevamos adelante la primera Asamblea Climática del país en Mar del Plata.
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Autor/a
Democracia en Red
Publicado
9 Oct. 2024
Etiquetas
Asambleas Climáticas